Luis XIV de Francia, el rey Sol, crea en 1661 L’Académie Royale de Danse. Esta primera formación académica de Ballet de la historia de Europa está formada, entre otros, por 16 dantzaris vascos que el rey había visto actuar en su boda, el año anterior, en San Juan de Luz. Nace el Ballet Clásico con las cinco posiciones de Beauchamps y la música de Lully en la corte francesa, estilizado y refinado, inspirado en los modos y maneras de la Italia de los Medici.
Esta es la primera ocasión en que las figuras de la danza vasca hacen su aportación al ballet internacional. De este hecho deriva que entre los pasos del Ballet Clásico aparezcan:
Pas de Basque: paso en el que se hace un rond de jambe en redondo y luego se salta.
Saut Basque: un salto en el que el bailarín gira en el aire manteniendo un pie sobre la otra rodilla.
Muchos años después, ya entrados en el siglo XX, Segundo Olaeta cierra ese círculo: tras formar a sus propios hijos en el ballet clásico en París, abre la primera academia de Ballet Vasco y Danzas Clásicas en 1950, en la que aúna el folklore vasco, estilizándolo y armonizándolo, con el Ballet Clásico. Sus giras por el mundo (Francia, Canadá y EE.UU.) durante los años 50 y 60 y sus muchas actuaciones en los mejores teatros y en la televisión serán testigos de su gran aportación.